miércoles, 30 de junio de 2021

Papa Francisco: Pablo, verdadero apóstol (Audiencia General)

Catequesis 2.  Pablo, verdadero apóstol

Hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Nos adentramos poco a poco en la Carta a los Gálatas. Hemos visto que estos cristianos se encuentran en conflicto sobre cómo vivir la fe. El apóstol Pablo empieza a escribir su Carta recordándoles las relaciones pasadas, el malestar por la distancia y el amor inmutable que tiene por cada uno de ellos. Sin embargo, no deja de señalar su preocupación para que los gálatas sigan el camino correcto: es la preocupación de un padre, que generó las comunidades en la fe. Su intención es muy clara: es necesario reafirmar la novedad del Evangelio, que los gálatas han recibido de su predicación, para construir la verdadera identidad sobre la que fundar la propia existencia. Y este es el principio: reafirmar la novedad del Evangelio, lo que los gálatas han recibido del Apóstol.

Descubrimos en seguida que Pablo es un profundo conocedor del misterio del Cristo. Desde el principio de su Carta no sigue los bajos argumentos de sus detractores. El apóstol “vuela alto” y nos indica también a nosotros cómo comportarnos cuando se crean conflictos dentro de la comunidad. De hecho, solo hacia el final de Carta, se aclara que el núcleo de la controversia suscitada es el de la circuncisión, por tanto, de la principal tradición judía. Pablo elige el camino de ir más en profundidad, porque lo que está en juego es la verdad del Evangelio y la libertad de los cristianos, que es parte integrante del mismo. No se detiene en la superficie de los problemas, de los conflictos, como a menudo tenemos la tentación para encontrar en seguida una solución que ilusiona para poner a todos de acuerdo con un compromiso. Pablo ama a Jesús y sabe que Jesús no es un hombre-Dios de acuerdos. No funciona así con el Evangelio y el Apóstol ha elegido seguir el camino más arduo. Escribe así: «Porque ¿busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios?» Él no trata de hacer la paz con todos. Y continúa: «¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo» (Gal 1,10).

En primer lugar, Pablo se siente en el deber de recordar a los gálatas que es un verdadero apóstol no por mérito propio, sino por la llamada de Dios. Él mismo cuenta la historia de su vocación y conversión, que coincide con la aparición de Cristo Resucitado durante el viaje hacia Damasco (cfr. Hch 9,1-9). Es interesante observar lo que afirma de su vida precedente a ese suceso: «Encarnizadamente perseguía a la Iglesia de Dios y la devastaba, y cómo sobrepasaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas contemporáneos, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres» (Gal 1,13-14). Pablo osa afirmar que él en el judaísmo superaba a todos, era un verdadero fariseo celante «en cuanto a la justicia de la Ley, intachable» (Fil 3,6). En dos ocasiones destaca que había sido un defensor de las «tradiciones de los padres» y un «convencido defensor de la ley». Esta es la historia de Pablo.

Por un lado, él insiste al subrayar que había perseguido ferozmente a la Iglesia y que había sido un «blasfemo, un perseguidor y un insolente» (1 Tm 1,13) no escatima en adjetivos: él mismo se califica así, por otro lado, evidencia la misericordia de Dios con él, que le lleva a vivir una transformación radical, bien conocida por todos. Escribe: «Pero personalmente no me conocían las Iglesias de Judea que están en Cristo. Solamente habían oído decir: “El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quería destruir» (Gal 1,22-23). Se ha convertido, ha cambiado, ha cambiado el corazón. Pablo evidencia así la verdad de su vocación a través del impresionante contraste que se había creado en su vida: de perseguidor de los cristianos porque no observaban las tradiciones y la ley, había sido llamado a convertirse en apóstol para anunciar el Evangelio de Jesucristo. Pero vemos que Pablo es libre: es libre para anunciar el Evangelio y es también libre para confesar sus pecados. “Yo era así”: es la verdad que da la libertad del corazón, es la libertad de Dios.

Pensando en su historia, Pablo está lleno de maravilla y de reconocimiento. Es como si quisiera decir a los gálatas que él podría ser de todo menos un apóstol. Había sido educado desde niño para ser un irreprensible observador de la ley mosaica, y las circunstancias le habían llevado a combatir los discípulos de Cristo. Sin embargo, sucedió algo inesperado: Dios, con su gracia, le había revelado a su Hijo muerto y resucitado, para que él se convirtiera en anunciador en medio de los paganos (cfr. Gal 1,15-6).

¡Los caminos del Señor son inescrutables! Lo tocamos con la mano cada día, pero sobre todo si pensamos en los momentos en los que el Señor nos ha llamado. No debemos olvidar nunca el tiempo y la forma en la que Dios ha entrado en nuestra vida: tener fijo en el corazón y en la mente ese encuentro con la gracia, cuando Dios ha cambiado nuestra existencia. Cuántas veces, delante de las grandes obras del Señor, surge de forma espontánea la pregunta: pero ¿cómo es posible que Dios se sirva de un pecador, de una persona frágil y débil, para realizar su voluntad? Sin embargo, no hay nada casual, porque todo ha sido preparado en el diseño de Dios. Él teje nuestra historia, la historia de cada uno de nosotros: Él teje nuestra historia y, si nosotros correspondemos con confianza a su plan de salvación, nos damos cuenta. La llamada conlleva siempre una misión a la que estamos destinados; por esto se nos pide que nos preparemos con seriedad, sabiendo que es Dios mismo quien nos envía, Dios mismo que nos sostiene con su gracia. Hermanos y hermanas, dejémonos conducir por esta conciencia: el primado de la gracia transforma la existencia y la hace digna de ser puesta al servicio del Evangelio. El primado de la gracia cubre todos los pecados, cambia los corazones, cambia la vida, nos hace ver caminos nuevos. ¡No olvidemos esto!

Saludos:

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, son bastantes hoy aquí. Saludo al arzobispo de Oviedo con sus seminaristas. Pidamos al Señor que nos ayude a tener presente su paso en nuestra vida y a responder con disponibilidad y confianza a la vocación recibida, sabiendo que es Él mismo quien que nos llama, nos sostiene con su gracia y nos envía a los hermanos. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

Evangelio según Mateo 8, 28-34: En la otra orilla del lago

Evangelio según Mateo 8, 28-34

En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?”

No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. El les respondió: “Está bien”.

Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron.

Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.

Evangelio según Mateo 8, 28-34: En la otra orilla del lago

martes, 29 de junio de 2021

Papa Francisco: Rezo de la Oración del Ángelus (29 de junio de 2021)


A Jesús no le interesan "las opiniones que tenemos sobre Él" sino sentir que "está en nuestro corazón" y "quiere que nos pongamos en juego". Estas fueron las palabras del Papa Francisco a la hora del rezo del Ángelus, después de haber celebrado la misa con la bendición de los Palios para los nuevos arzobispos metropolitanos, en la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo. "Es triste ver", comentó el Pontífice, que tantos debaten, "pero pocos dan testimonio". 

Papa Francisco: Santa Misa en la Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo Apóstoles (29 de junio de 2021)


En su homilía en el marco de la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco recordó que estos dos "gigantes de la fe", fueron liberados de las cadenas de sus vidas tras haberse encontrado con Cristo. Francisco invitó a seguir el ejemplo de estos apóstoles "siendo colaboradores de esta liberación, rompiendo cadenas en nuestras ciudades, nuestras sociedades, nuestro mundo", porque "solo una Iglesia libre es una Iglesia creíble".

Evangelio según Juan 21, 15-19: Y ustedes, ¿Quién dicen que soy Yo?

Evangelio según Juan 21, 15-19

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.

Por segunda vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Pastorea mis ovejas”.

Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas.

Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras’’. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: “Sígueme”.

Evangelio según Juan 21, 15-19: Y ustedes, ¿Quién dicen que soy Yo?

lunes, 28 de junio de 2021

Evangelio según Mateo 8, 18-22: Te seguiré a dondequiera que vayas

Evangelio según Mateo 8, 18-22

En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.

En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza”.

Otro discípulo le dijo: “Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Tú sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.

Evangelio según Mateo 8, 18-22: Te seguiré a dondequiera que vayas

domingo, 27 de junio de 2021

Papa Francisco: Rezo de la Oración del Ángelus (27 de junio de 2021)

A la hora del rezo del rezo del Ángelus el Papa Francisco reflexionó sobre dos momentos que presenta el Evangelio de hoy y que muestran a Jesús venciendo la muerte y la enfermedad mediante el amor, que es capaz de sanar la vida. El Santo Padre recordó que la peor enfermedad no es la pandemia, sino la falta de amor. Por ello, exhortó a todos a dejar que Jesús "mire nuestros corazones y los sane", abandonando las apariencias y los prejuicios, saliendo al encuentro de los hermanos marginados.

sábado, 26 de junio de 2021

Evangelio según Marcos 5, 21-43: Tu FE te ha curado

Evangelio según Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.

Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.

Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?” Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ ” Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.

Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?” Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.

Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de él.

Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.

Evangelio según Marcos 5, 21-43: Tu FE te ha curado

Evangelio según Mateo 8, 5-17: Él hizo suyas nuestras debilidades

Evangelio según Mateo 8, 5-17

En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho”. El le contestó: “Voy a curarlo”.

Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: ‘¡Ve!’, él va; al otro: ‘¡Ven!’, y viene; a mi criado: ‘¡Haz esto!’, y lo hace”.

Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: “Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y de occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos. En cambio, los herederos del reino serán arrojados afuera, a las tinieblas. Ahí será el llanto y la desesperación”.

Jesús le dijo al oficial romano: “Vuelve a tu casa y que se te cumpla lo que has creído”. Y en aquel momento se curó el criado.

Al llegar Jesús a la casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. Entonces la tomó de la mano y desapareció la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirles.

Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él expulsó a los demonios con su palabra y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo dicho por el profeta Isaías: Él hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.

Evangelio según Mateo 8, 5-17: Él hizo suyas nuestras debilidades

sábado, 12 de junio de 2021

Evangelio según Marcos (4, 26-34): La semilla germina y crece

Evangelio según Marcos 4, 26-34

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha”.

Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.

Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.

Evangelio según Marcos (4, 26-34): La semilla germina y crece

viernes, 11 de junio de 2021

Evangelio según Lucas (2, 41-51): Conservaba en su corazón todas aquellas cosas

Evangelio según Lucas 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.

Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”. Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?” Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.

Evangelio según Lucas (2, 41-51): Conservaba en su corazón todas aquellas cosas

jueves, 10 de junio de 2021

Evangelio según san Juan (19, 31-37): Inmediatamente salió sangre y agua

Queridos amigos: compartimos el Evangelio según san Juan 19, 31-37.

Como era el día de la preparación de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día muy solemne, los judíos pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido crucificados con Jesús. Pero al llegar a él, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.

El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.

Evangelio según san Juan (19, 31-37): Inmediatamente salió sangre y agua


Evangelio según san Mateo (5, 20-26): Ve primero a reconciliarte con tu hermano

Queridos amigos: compartimos el Evangelio según san Mateo 5, 20-26.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos. 

Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de castigo. 

Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda. 

Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo”.

Evangelio según san Mateo (5, 20-26): Ve primero a reconciliarte con tu hermano

miércoles, 9 de junio de 2021

Evangelio según san Mateo (5, 17-19): A darles plenitud

Queridos amigos: compartimos el Evangelio según san Mateo 5, 17-19.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.

Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos’’.

Evangelio según san Mateo (5, 17-19): A darles plenitud

martes, 8 de junio de 2021

Evangelio según san Mateo (5, 13-16): Ustedes son la sal de la tierra

Queridos amigos: compartimos el Evangelio según san Mateo 5, 13-16.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.

Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos’’.

Evangelio según san Mateo (5, 13-16): Ustedes son la sal de la tierra

lunes, 7 de junio de 2021

Evangelio según san Mateo (5, 1-12): Dichosos Serán Ustedes

Queridos amigos: compartimos el Evangelio según san Mateo 5, 1-12.

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:

“Dichosos los pobres de espíritu,

porque de ellos es el Reino de los cielos.

Dichosos los que lloran,

porque serán consolados.

Dichosos los sufridos,

porque heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,

porque serán saciados.

Dichosos los misericordiosos,

porque obtendrán misericordia.

Dichosos los limpios de corazón,

porque verán a Dios.

Dichosos los que trabajan por la paz,

porque se les llamará hijos de Dios.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,

porque de ellos es el Reino de los cielos.

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.

Evangelio según san Mateo (5, 1-12): Dichosos Serán Ustedes

sábado, 5 de junio de 2021

Evangelio según san Marcos (12, 38-44): Más que todos

Queridos amigos: compartimos el Evangelio según san Marcos 12, 38-44.

En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: “¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.

En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir”.

Evangelio según san Marcos (12, 38-44): Más que todos

jueves, 3 de junio de 2021

Evangelio según san Marcos (12, 28-34): Amarás al Señor, tu Dios

Evangelio según san Marcos 12, 28-34:

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”.

El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.

Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de Dios”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Evangelio según san Marcos (12, 28-34): Amarás al Señor, tu Dios

miércoles, 2 de junio de 2021

Evangelio de hoy según san Marcos (12, 18-27): Dios no es Dios de muertos, sino de vivos

Queridos amigos: compartimos el Evangelio de hoy según san Marcos 12, 18-27.

En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos no resucitan, y le dijeron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el hermano del que murió, para darle descendencia a su hermano. Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección, cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque fue mujer de los siete”.

Jesús les contestó: “Están en un error, porque no entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Están, pues, muy equivocados”.

Evangelio de hoy según san Marcos (12, 18-27): Dios no es Dios de muertos, sino de vivos

martes, 1 de junio de 2021

Evangelio según san Marcos (12, 13-17): A Dios lo que es de Dios

Evangelio del día según san Marcos 12, 13-17:

En aquel tiempo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos le enviaron a Jesús unos fariseos y unos partidarios de Herodes, para hacerle una pregunta capciosa. Se acercaron, pues, a él y le dijeron: “Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa lo que diga la gente, porque no tratas de adular a los hombres, sino que enseñas con toda verdad el camino de Dios. ¿Está permitido o no, pagarle el tributo al César? ¿Se lo damos o no se lo damos?”

Jesús, notando su hipocresía, les dijo: “¿Por qué me ponen una trampa? Tráiganme una moneda para que yo la vea”. Se la trajeron y él les preguntó: “¿De quién es la imagen y el nombre que lleva escrito?” Le contestaron: “Del César”. Entonces les respondió Jesús: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Y los dejó admirados.

Evangelio según san Marcos (12, 13-17): A Dios lo que es de Dios

Evangelio según san Juan 14, 7-14: El Padre está en mí

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han vi...