En los saludos pronunciados al final de la audiencia general de este miércoles 11 de noviembre, Francisco recordó a los muertos en las guerras y citó a San Juan Pablo II: ser verdaderamente libre significa "ser un hombre para los demás".
Ciudad del Vaticano
El 11 de noviembre de 1918 terminó la Primera Guerra Mundial. En muchos países de Europa se recuerda esta fecha histórica con homenajes y tributos.
En este contexto, el Papa Francisco también recordó a los fallecidos durante las guerras y dirigió un pensamiento especial a todos ellos, durante sus saludos a los fieles de habla francesa, al final de la audiencia general de hoy dedicada a la perseverancia en la oración. La mirada del Santo Padre es un llamamiento para todo el mundo: "Que nuestra oración por todas las víctimas de la violencia en el mundo nos anime a ser instrumentos de paz y reconciliación".
Ser libre no es hacer todo lo que te gusta
Las palabras paz y reconciliación hacen referencia también al tema de la libertad. Saludando a los fieles polacos, el Papa señaló que hoy en su país se celebra la Fiesta Nacional de la Independencia, recuperada en 1918 -después de 123 años de partición y dominación extranjera-, tras la Primera Guerra Mundial, como Segunda República de Polonia.
Mientras agradecemos al "Señor de la historia" el don de la libertad nacional y personal, nos viene a la mente lo que San Juan Pablo II enseñó a los jóvenes, dijo el Papa: "Ser verdaderamente libre no significa hacer todo lo que me gusta, o lo que quiero hacer. (...) Ser verdaderamente libre es usar la libertad para lo que es verdaderamente bueno. (...) Ser verdaderamente libre es ser un hombre de buena conciencia, ser responsable, ser un hombre para los demás". (Carta a la Juventud, 13).
"¡Que el Señor bendiga a todos los polacos, dándoles paz y prosperidad!", añadió Francisco.
San Martín, Obispo de Tours
Por otra parte, en los saludos a los fieles de lengua española, el Papa dedicó unas palabras a los momentos de dificultad que está viviendo la humanidad a causa del Covid-19.
Al dirigirse a los fieles de lengua italiana, el pensamiento del Pontífice fue para la memoria de San Martín, obispo de Tours: "Este gran Pastor de la Iglesia antigua se distinguió por su caridad evangélica hacia los pobres y marginados. Que su ejemplo enseñe a todos a ser cada vez más valientes en la fe y generosos en la caridad", concluyó.
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