sábado, 5 de diciembre de 2020

La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Reza, por tanto, al dueño de la mies para que envíe trabajadores para su cosecha

Señor, envía trabajadores a tu mies

Hay palabras que cuando las escuchamos nos dejan en silencio. Resuenan tan fuertemente dentro de nosotros que no sabemos qué más decir para expresar lo que sentimos. Suelen ser las frases que entendemos desde dentro y que todo discurso no puede traducir.

Lo que Jesús dice hoy en el Evangelio me sumerge personalmente en esta experiencia: "La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Reza, por tanto, al dueño de la mies para que envíe trabajadores para su cosecha”.

Se trata de escuchar estas palabras de Jesús y mirar a nuestro alrededor, poniéndolas en las noticias de nuestro mundo.

La cosecha es abundante... incluso hoy, si estamos realmente atentos, el campo de Dios es tan vasto. Algunas personas mueren por el deseo de conocer al Señor. Otros viven al lado de las Iglesias vacías de fieles. 

Los trabajadores son pocos... Hoy en día, debemos reconocer, sin riesgo de equivocarnos, que hay miles de trabajadores en la obra de Dios. Algunos más comprometidos que otros.

El Evangelio de hoy nos invita a ser buenos dondequiera que estemos, en cualquier estado de vida. Para florecer donde se siembra. Incluso junto a zarzas y espinas. Para lograr esto, sólo Dios puede ayudarnos. Así que recemos al dueño de la mies para que envíe trabajadores a su mies”.

Señor Jesús, fuiste tomado con compasión ante las multitudes sin pastor. Nos invitas a rezar al Señor de la cosecha... para que envíe trabajadores. Señor, danos los sacerdotes y los religiosos y religiosas que necesitamos; Señor, danos misioneros y evangelizadores... en nuestras familias.

La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Reza, por tanto, al dueño de la mies para que envíe trabajadores para su cosecha


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