lunes, 1 de febrero de 2021

El hombre poseído por un espíritu impuro: “me llamo legión”

El evangelio de hoy nos cuenta la historia de un hombre poseído por un espíritu impuro. Esta historia nos resulta, sin duda, familiar por la referencia a las respuestas del poseído: "Me llamo legión, porque somos legión" y la respuesta a la súplica de esta hueste de demonios para que no sea expulsada de la ciudad es vivir en una piara de cerdos.  

Algunos detalles de este texto. El evangelista Marcos nos dice que el endemoniado vivía en las tumbas y nadie podía atarlo. Su morada era, por tanto, un lugar donde la ausencia de vida es una marca distintiva. El resto del texto nos dibuja un verdadero retrato moral de un hombre del diablo que camina en la oscuridad.

 Es un hombre arrastrado y atormentado por sus pasiones brutales, que habita en la muerte -las tumbas- y que sólo puede perjudicarse a sí mismo y ser un peligro para sus hermanos y para la sociedad. Nadie puede detenerlo, nadie puede atarlo. Sus hermanos trataron de reducirlo a la impotencia cubriéndolo con cadenas, nos dice el Evangelio. Vemos aquí una imagen de las reglas morales con las que la sociedad trata de frenar los excesos de la naturaleza humana.

Pero, Jesús en el Evangelio, no intenta atar a este hombre; no quiere hacerle llevar cadenas que lo claven en las tumbas donde ya vive. Ve en su rostro al hombre por el que bajó del cielo para redimir. Así que va a ocuparse del endemoniado para liberarlo de su miseria y esclavitud.

Los habitantes de la ciudad, por su parte, parecen retener de este milagro sólo la pérdida de sus cerdos. A petición de ellos, el Señor se va, pero ahora deja tras de sí un testigo: "El que había sido poseído por el demonio. - ¿No es ésta la imagen de la época actual? El Señor elige un retrato moral inquietante, un modelo cruel para la sociedad. Es él quien será, a partir de ahora, el evangelizador de estos hermanos, él que vivió en la tierra de la muerte. Rechazado por este mundo, Cristo mantiene a los que ha salvado en él, y les da la misión de hablar de Él.

Muy pronto celebraremos la vida consagrada. Intentemos tener esta otra lectura del texto para nuestra meditación. El Señor no sólo elige a las personas que están tranquilas, que caminan con las manos cruzadas; elige a quien quiere, cuando quiere y donde quiere. Entonces el hombre se fue y comenzó a proclamar en la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos estaban asombrados. ¡Amén!

El hombre poseído por un espíritu impuro: “me llamo legión”


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